Le dice John Cena adiós al ring, va de lleno a la actuación

John Cena sabía que su tiempo había llegado.

Durante más de 20 años, fue un símbolo de excelencia e inevitabilidad en la lucha libre profesional. Considerado el personaje más “bueno” de la WWE, era Superman en pantalones cortos: 16 veces campeón mundial y quizás el último de las estrellas crossover, después de figuras como Hulk Hogan, “Stone Cold” Steve Austin y The Rock.

Pero incluso en el entretenimiento deportivo, Superman no vive para siempre. Y Cena recordó una promesa que le había hecho al público: “Cuando me haga lento, estaré fuera”.
La comprensión llegó hace un par de años. Cena había bajado 7 kilos de su peso ideal en el ring. No podía levantar tanto. Era el momento.
“No es por falta de esfuerzo. Simplemente estoy viejo”, dijo Cena, quien cumple 48 años el miércoles. “Nunca he sido el mejor luchador del mundo; sé quién soy y mis capacidades. Así que, cuando siento que pierdo un poco el ritmo, es hora de irme”.

Cena menciona esto en un tráiler en un set de rodaje, cerca de Cierne, pueblo eslovaco cerca de la frontera entre Polonia y la República Checa. Estaba a unos 9 mil 600 kilómetros de Las Vegas, donde se enfrentó a Cody Rhodes en el evento principal de WrestleMania, la última participación de Cena en el espectáculo estrella de la WWE.
Los sets se han convertido en el espacio de trabajo de Cena, tanto como el cuadrilátero, a lo largo de los años. En Eslovaquia filmó Matchbox, la última franquicia de juguetes con ambiciones de éxito de cine.

Cena se ha convertido en un nombre reconocido en sagas de acción (como el hermano de Vin Diesel en Rápido y Furiosos), comedias sexuales (un novio musculoso en Esta Chica Es un Desastre) y éxitos de taquilla que conquistaron el mundo (como la sirena Ken en Barbie).
Es un artista de rap (es él al micrófono para su imperecedera música de entrada en las luchas) y ha tenido apariciones memorables en Saturday Night Live.
Casi 20 años después de su primera incursión en la actuación, Cena se ha forjado una identidad como alguien con un don excepcional para combinar acción y comedia con un toque de autodesprecio. Si necesitas a alguien que se robe el espectáculo en los Óscar presentando un premio vistiendo nada más que un sobre y unas chanclas, Cena es tu hombre.
También posee otra cualidad esencial para el estrellato: la gente lo adora. Es un héroe para los niños, que compran montones de su mercancía.
Ahora que Cena se retira de la lucha a finales de año, hay un giro inesperado en su gira de despedida: es el villano. Y las mujeres han llorado y las cámaras de televisión han visto a niños con camisetas de Cena abatidos y confundidos.
Porque hay innumerables momentos virales que pueden hacer llorar incluso a los cínicos más recalcitrantes, como cuando fue a visitar a Misha, adolescente con síndrome de Down que huyó de Ucrania tras la destrucción de su hogar durante la invasión rusa, y cuya madre lo animó en su viaje hacia un lugar seguro diciéndole que iban de camino a buscar a Cena.
El estrellato no era algo seguro para Cena, el segundo de cinco hermanos, cuando crecía en Massachusetts. Era lo último en lo que pensaba cuando se mudó al sur de California después de la universidad para dedicarse al culturismo. Su primer “hogar” en la Costa Oeste fue un Lincoln Continental de 1991; dormía en el aparcamiento del Gold’s Gym donde trabajaba.
“Estaba haciendo lo que quería. Me duchaba en el gimnasio y entrenaba en el mismo lugar donde entrenaba Arnold”, dijo, refiriéndose a Arnold Schwarzenegger, actor, ex fisicoculturista y ex Gobernador de California. “Era todo lo que quería. Así que no estaba atrapado viviendo en mi coche. Estaba agradecido por vivir en mi coche”.
La devoción de Cena por la WWE es la razón por la que aceptó a regañadientes intentar actuar en las olvidables películas de acción producidas por la compañía, como The Marine y 12 Rounds. Ambas fueron un fracaso. “Fracasé, aunque no lo hiciera con el corazón”, dijo Cena, recordando esos papeles.
Parecía que su oportunidad para actuar en el cine se había cerrado para siempre. Se equivocó. Sólo necesitaba tiempo, y tenía que ser gracioso. Si Cena tiene un papel emblemático, es el de Peacemaker, un antihéroe arrogante y típicamente estadounidense que forma parte del universo de DC Comics.
Uno de los momentos más memorables de Peacemaker es una escena en El Escuadrón Suicida donde el personaje explica con vulgar detalle qué haría si una playa llena de penes se interpusiera entre él y su misión.
Atribuye su curiosidad por la actuación a quienes se arriesgaron con él después de sus fracasos. Judd Apatow, Amy Schumer y Tina Fey lo vieron como algo más que un simple luchador. Demostró su talento para la comedia junto a Schumer en Esta Chica es un Desastre y Fey en Hermanas antes de conseguir un papel principal en No me las Toquen (2018).
Durante los descansos en el set, Cena se dio tiempo para reflexionar sobre su encrucijada actual.
“Estoy intentando apreciarlo todo: cada segundo en la lona, cada momento que puedo abrazar a mi esposa”.
Si su tiempo en el ring está a punto de terminar, entonces su tiempo ahora está en Hollywood o eso espera.
“No me importa si alguien me recuerda. No me importa si alguien me ve. No me importa si alguien me conoce”.
Hizo una breve pausa.
“Pero espero que exista la comprensión de que nunca defraudé a nadie, ni con decisiones equivocadas ni con decisiones acertadas. Lo he dado todo. Si tuviera que volver a hacerlo, no sé si podría esforzarme ni una gota más”.
Y finalmente:
“No creo que hubiera podido dar más”.